No me importa digo en mi mente pero, el recuerdo de
tus ojos llega y disuelve todas mis esperanzas de frialdad. No me importa susurro, pero el rose de tu ropa
sobre mi piel me deja sin aliento. No me importa grito, pero me desconcierta tu olor
que impregna toda mi habitación y mi cuerpo. Abrazo mi almohada y veo por mi ventana, me importa,
entonces me percato, me importa y mucho. Abres la puerta, estoy lista dices cogiendo tu
maleta; me abrazas y besas mi frente.
Dolerá solo un poco dices… ¿Estas bien verdad?
Preguntas, yo sonrió y afirmo con un movimiento mecánico de cabeza. -No, no
estoy bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario